Sofía Vargas Gómez

Michelle Ziperovich Velázquez

Lic en Business Marketing y Español

Mi primer acercamiento a la música sucedió cuando era pequeña. Desde chiquita desarrollé un gran amor por las artes: el ballet y el piano fueron dos de ellas. Crecí en el mundo de la danza y desarrollé una pasión por la música. Además de bailar ballet, siempre había sido mi sueño tomar clases de piano.

Mi mamá había tratado de inscribirme con Marcela Battaglia cuando daba clases en la Casa de la Cultura, pero no tenían lugar. No fue hasta un año después que se abrió un espacio y pude llegar a su Escuela a tomar clase. Tenía yo 11 años cuando empecé a tomar clases de piano. Estas se convirtieron en algo que disfruté muchísimo, me sirvieron para mejorar mi oído musical al bailar, me sirvieron para relajarme cuando venía estresada y cansada de un largo día. El piano como todo tuvo sus partes bonitas y sus partes desafiantes.

Dentro de mis recuerdos más bonitos estaban: ir a tomar mis clases de piano cada semana, y los conciertos de los cierres de año escolar. Con esto vinieron horas de estudio, practicar solfeo, y largas horas de ensayo, el estrés de presentarse ante el público y demostrarles lo gratificante que había sido ponerle tanto esfuerzo y dedicación a este arte. Muchas veces los resultados eran muy gratificantes y otras veces el piano me enseñaba a tener paciencia y a no frustrarme. No todos los días salían bien las piezas que uno tenía que estudiar para clase, y a veces uno tenía que repetir el mismo pedazo mil veces hasta que estuviera pulido. Cada uno de los maestros que tuve en la Escuela de piano Marcela Battaglia me enseñaron a nunca perderle este amor al piano.

Tuve varios maestros que me guiaron en mi camino de la música, Sofía Vargas, Rafael Ireta Balleza, Damaris Urias Quijano y Marcela Battaglia. El piano a través de los años me enseñó disciplina, constancia y dedicación. Así mismo me ayudó a ponerme metas y nunca darme por vencida cuando me ponía un objetivo.

Semblanza

Termine la preparatoria en IAS en 2015. Mi sueño siempre había sido irme a estudiar la licenciatura en el extranjero. Formé parte de Modelo Naciones Unidas (MUN) desde tercero de secundaria, y con la escuela hicimos dos viajes a Washington y a Nueva York para tomar parte en conferencias internacionales que tomaban lugar en universidades importantes como George Washington University.

Desde ese momento supe que había encontrado el lugar en dónde quería estudiar. Aplique a diversas universidades en Estados Unidos y me dieron una beca en la universidad de Concordia College en Moorhead, Minnesota. Ahí estudié una carrera en Negocios con una concentración en Mercadotecnia y Español.

Me gradué en mayo de este año y me gustaría continuar estudiando una maestría en Danza y Artes Escénicas en el extranjero para seguir el sueño de hacer lo que realmente me apasiona. Todos los días llevo conmigo y agradezco haber tenido la oportunidad de tomar clases con una gran maestra que hasta el día de hoy me apoya y me motiva a seguir adelante. El piano siempre está y estará presente en mi vida a donde sea que yo vaya.